José Vicente Colomina Berenguel
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José Vicente Colomina Berenguel
Director de la Delegación de Aqualia en Almería
«Almería capital no debe tener este verano problemas de abastecimiento de agua»
La Casa de las Mariposas ha sido el escenario en el que el periodista David Baños y el director de la delegación de Aqualia en Almería han charlado, dentro del apartado informativo ‘Almería en futuro’, sobre un asunto tan sobresaliente, y más en Almería, como es el agua y lo han hecho, en el edificio propiedad de Cajamar, en unos momentos en los que el tema es asunto de debate y preocupación internacional. Cuestiones como la sequía, el cambio climático, la concienciación, la solidaridad, los retos tecnológicos y la escasez de recursos, han surgido a lo largo de una entrevista en la que, además, por lo que respecta a Almería capital, ciudad en las que la gestión del servicio de aguas está en manos de la empresa, Aqualia se encarga de garantizar a los ya más de 200.000 habitantes con los que cuenta la capital almeriense, que cuando abren los grifos de sus casas y negocios, sale esa agua que permite vivir y en la que, además, confluyen sectores tan determinantes como el agrícola y el turismo para los que el agua es un bien tan necesario como escaso. A lo largo de la charla se han puesto sobre la mesa cuestiones como el ahorro, el consumo responsable, las inversiones en la red, el funcionamiento de todo cuanto condicionan el funcionamiento de la red y el futuro de las fuentes, de los recursos hídricos y del precio y se ha asegurado, por parte del representante provincial dela empresa concesionaria del servicio, que Almería dispone de recursos suficientes como para garantizar que el agua seguirá saliendo de los grifos el próximo verano que se prevé altamente seco y caluroso.
-El agua es un tema básico, fundamental, principal, en una provincia como la nuestra.
-Sin duda, pero ya no solamente en la provincia. Yo creo que está de actualidad ahora mismo en toda España y probablemente en muchos sitios de Europa. El tema del cambio climático está aquí para quedarse. Nos vamos a tener que ir adaptando a todo ello, pero como bien decías, la provincia siempre ha vivido en una situación de stress hídrico, con lo cual estamos acostumbrados a vivir en esta situación. Bien es verdad que se necesita seguir evolucionando y seguir avanzando en ese punto porque creo que hemos puesto el listón muy alto, tanto en nuestro sector primario que está ahí, que es el puntero de Europa y que parece mentira que en un desierto se pudiera hacer la huerta de Europa, como en que estemos ahí y estemos en ciudades como Almería cercana al 80% de rendimiento, que puede ser un ejemplo a seguir en muchísimas poblaciones, la verdad es que dice mucho de lo que se ha hecho hasta ahora, pero tenemos que seguir trabajando.
-Abrimos el periódico, sequía; ponemos la radio, no hay agua: ponemos la televisión, no llueve y no se sabe cuándo va a llover. ¿La situación es tan mala como estamos escuchando, en estos momentos? ¿Tiene también que ver con el cambio climático?
-Sin duda alguna. Todo apunta. También es verdad que históricamente también ha habido unos ciclos más o menos largos con sequías continuadas y todo eso, pero los últimos ciclos que estamos viendo que son más marcados, con lluvias torrenciales, con períodos de sequía, temperaturas anómalas. Sin duda alguna el cambio climático está aquí y tenemos que adaptarnos y encima mucho más rápido que antes y evidentemente no podemos mirar hacia otro lado, sobre todo porque hay muchos padres de familia que viven y necesitan el agua para ello con lo cual no es una situación en…la que puedas decir, ya lloverá, no. Es una situación ante la que hay que actuar y tomar medidas lo antes posible.
-Tampoco tenemos una bola de cristal para saber cómo y cuándo va a cambiar esto
-Ya quisiéramos, pero no. Todavía la inteligencia artificial no está tan avanzada como eso.
– ¿Almería está en la Champions League de la gestión eficiente del agua o todavía no hemos llegado ni a la UEFA?
-Todo es relativo en esta vida. Evidentemente la agricultura almeriense está en un nivel más que aceptable y de hecho es la envidia tanto de Europa como de otros sitios, pero todavía nos queda un camino que recorrer. Israel, por ejemplo, es un referente, está muy por encima a nivel de aprovechamiento hídrico, está a años luz. Nosotros estamos en una buena posición con posibilidades de mejora.
– ¿Qué más se puede hacer en la agricultura para aprovechar el agua?
-En primer lugar, hay sitios en los que todo está muy tecnificado, pero no todo es así. Hay que hacer todavía una inversión en instalaciones muy importantes y hay muchos que todavía están amortizando instalaciones de hace diez o quince años y necesitan un empuje para ponerse al día. Lo primero que tendríamos que intentar hacer es uniformizar esa tecnología que existe, que se está utilizando en muchísimos sitios, pero en la que todavía hay o rezagados o parcelas que no han alcanzado ese nivel. Se está colaborando mucho con la modernización de los invernaderos y de todas las infraestructuras. Yo creo que evidentemente hay que dar recorrido. El estar en la vanguardia está muy bien, pero muchas veces si se va muy deprisa se pueden cometer errores y se puede arrastrar a situaciones no deseadas del todo o que tienen efectos colaterales que no se habían pensado inicialmente. Hay que ir con agilidad y con un poquito de cautela sin meternos en experimentos raros.
Abastecimiento de la capital
-Ustedes gestionan el abastecimiento en la ciudad de Almería ¿cómo nos comportamos en relación con otros territorios los almerienses a la hora de abrir y cerrar el grifo de ser responsables o no?
-Todo es cuestión de cultura, de cultura y de concienciación. Se ha evolucionado mucho. Cuando empezamos a gestionar Almería se metían en la ciudad 30 hectómetros cúbicos con una población de 160.000 habitantes y ahora estamos en 200.000 y metemos la mitad. No es éxito solo nuestro, es éxito del Ayuntamiento, de los ciudadanos. Ha habido un elemento fundamental, el ser consciente de lo que se consume. Cuando uno no es consciente de lo que se consume difícilmente puede pensar si lo está haciendo bien o si lo está haciendo mal, no se sabe. Estamos en 200, 210 litros por habitante y día. ¿Que se puede ahorrar más? Por supuesto que sí. El Ayuntamiento hizo en su momento los deberes, nosotros como empresa ayudamos y el ciudadano de a pie también.
– ¿En una red tan extensa como la ciudad de Almería, con unos 800 kilómetros de tuberías se pierde mucha agua?
-Tenemos tuberías de más de sesenta, setenta y ochenta años 80 años… No es lo mismo una red que pueden tener en el campo, en un espacio muy controlado, que en una ciudad que está llena de asfalto, que en cada calle puedes tener varias tuberías que se pueden juntar con servicios de telefónica, de cable, de electricidad, de gas, de saneamiento… El alcanzar niveles óptimos de rendimiento han ido evolucionando a lo largo del tiempo. Rendimientos del 70 y 80 % por los años noventa, en el 2000 se podía considerar una ratio bastante buena. Ahora no, ahora hay que pensar que el agua que tenemos en la ciudad de Almería la mayor parte es desalada y dentro de poco será la totalidad porque es la tendencia y el nivel de pérdidas tiene que bajarse a un 10, un 15% y para eso se necesita renovar redes, tecnología porque no solo es detectar la fuga, sino poder hacerlo lo más pronto posible para conseguir la reparación cuanto antes. Y la conciencia, que es vital.
Los precios
– Vamos a hablar del precio. Vivimos en un momento en el que se dispara el precio de la energía, de los combustibles, ¿va a pasar lo mismo con el agua?
-Hay que ser realista Todo lo que depende de la energía se ha repercutido en precio. El agua no es una excepción. Debemos de ser realistas. En Europa el agua puede costar dos o tres veces más que en España. A lo mejor aquí se paga solo el precio del agua y ya está y lo mismo en Europa meten temas para inversiones, para nuevas fuentes de suministro, términos que están dentro del ciclo de agua..
-En el caso de Almería los embalses tienen la capacidad que tienen y ahora mismo están muy por debajo del 20 % y desgraciadamente no han estado nunca al cien por cien. La política de trasvases se va reduciendo cada vez más. Nos quedan dos opciones, la desalación y la regeneración. ¿En este campo cómo estamos y que prevén desde Aqualia?
-En Almería hay pocos embalses y en una situación dramática. No nos podemos quedar ahí y tenemos que aprovechar todas las fuentes de suministro disponibles en cada momento. Si llueve, aprovechemos el agua de lluvia. Los agricultores lo hacen muy bien. Igual debería de pasar en parte de las ciudades, en el sentido de que esa agua que va a parar al mar, se podría pensar en la recuperación a través de tanques de tormentas que necesitan inversiones muy potentes. En situaciones como la nuestra, que no tenemos pantanos, que nuestra fuente habitual han sido los pozos, lo que nos queda más a mano es el mar, la desalación y, por supuesto, reutilizar las aguas que hemos traído del medio ambiente.
-Al final cada uno lo ve desde su situación. El consumidor que padece esa situación dice que si los demás tienen podemos compartir, y el que tiene dice que el agua es suya.
-El tema de los trasvases es un tema polémico y complicado. Se mezcla también con el agua mínima que se necesita para mantener un ecosistema. Es un tema complejo. Lo que sí se debía hacer es interconectar las masas de agua de la mejor manera posible. Por ejemplo, las desaladoras de Almería, para mí sería un ejercicio a futuro o tener interconectadas las que hubiera y con las suficientes capacidades de regulación: balsas, depósitos. Las desaladoras funcionan como un reloj, las 24 horas en un régimen constante pero la demanda no suele ser así, los agricultores tienen su ciclo y las ciudades, tenemos la noche y el día, el verano y el invierno. Cualquier instalación por pequeña que sea se puede romper, o tiene un problema eléctrico. Para mí lo ideal sería que las fuentes de recursos pudieran estar interconectadas y pasar agua de un sitio a otro según las necesidades.
-¿En Almería hacen falta más desaladoras?
-La demanda está por encima bastante de lo que hay. Está calculada en unos 50 hectómetros y eso admite dos o tres desaladoras más fácilmente.
-¿Hay riesgo a corto plazo de que abramos el grifo y no salga agua en Almería?
-Cada sitio es diferente. Almería capital no debe tener ningún problema. En el 97 cuando nos alimentábamos de los pozos de Bernal, estuvimos diez días en los que lo pasamos mal. El Ayuntamiento tomó nota de aquello y pasó a hacer la desaladora. Siempre recomendamos para cualquier suministro urbano que se tengan dos fuentes de suministro diferenciadas no comunicadas y que por sí mismo puedan dar el cien por cien en un momento determinado de abastecimiento a la ciudad. Almería lo tiene. Tiene los pocos de Bernal, la desaladora y la parte mixta. No todos los municipios tienen la suerte de tenerlo, sino que dependen de un pozo.