Alberto Lázaro

– ¿Qué significa el agua para esta tierra?
– El agua es un bien natural que cada día escasea más, por lo que hay que intentar al máximo racionalizarla para poder sacar también el máximo rendimiento. Es un elemento importantísimo, vital.

– ¿Cómo lo hacemos en Almería?
– Cada vez se mejora más. Comparado con otros sitios de España como puede ser mi tierra, León, aquí se aprovecha muchísimo, la eficiencia es mucho más alta que en cualquier otra parte de España, pero aún se podría hacer mucho más.

– ¿Cómo?
-Pues utilizando automatismos, sensores que leen la humedad del suelo y que sirven para que el riego se realice de una manera más precisa. Estos sensores van conectados a la máquina de riego y el riego se realiza bajo demanda con la cantidad exacta y precisa de agua, ahorrando agua y abonos.

-¿La planta puede decir cuando tiene sed y provocar que le lleven lo que necesita para saciarla?
-Efectivamente, así es. Hoy en día la tecnología nos permite todo esto.

– ¿Este tipo de sistema es común en el campo almeriense? ¿Más de lo que pensamos? ¿Menos? En Almería el agua no es abundante, llueve poco, los acuíferos subterráneos en muchos casos están en condiciones cercanas a la sobre explotación, contamos con desaladoras… Tenemos una idea de que lo que hacemos es lo último en tecnología para aprovechar el agua, pero ¿cuánto hay de realidad y cuánto hay todavía que hacer para llegar a esa situación?
-El fundador y creador de Himarcan, José Manuel Pérez González, que aterrizó en los años 80 en Almería, ya vino con un paquete de tensiómetros debajo del brazo. Es decir, la tecnología existe desde hace muchísimos años, pero desde hace veinte años para acá han salido sensores, automatismos que pueden dar la señal al programador de riego y entonces optimizar al máximo todo.

-¿Es decir, qué podemos hasta regar con el móvil?
-Además es que hoy en día existen muchísimos sistemas. Los hay que simplemente visualizan la lectura de la humedad del suelo y directamente sabes si necesitas hacer un riego o no o si esos sensores están conectados a la máquina de riego detectan la demanda y el sensor hace que se conecte la máquina y riegue. Todo es más preciso y uniforme.

-El modelo agrícola de Almería facilita el que se puedan incorporar este tipo de sistemas. ¿Es más fácil introducirlos en un invernadero que fuera?
-Sí, porque en un invernadero tienes las condiciones más controladas. Si por un lado tiene el riego automatizado, el clima automatizado, sensores de temperatura y humedad y de lectura en el suelo, tienes muchas variables bajo control.

-En Himarcan se hacen muchas más cosas que el riego avanzado, como el control de clima y también la jardinería
-Hemos hecho jardines verticales en Cataluña y ahora mismo estamos haciendo la de una urbanización en Almerimar y luego el control de clima lo llevamos desde siempre. El clima y el riego desde el minuto uno lo hemos estado llevando paralelamente. Trabajamos con las principales casas de semillas, con centros experimentales. Ahora vamos a hacer un par de cabezales en Las Palmerillas para Cajamar. Este año hemos hecho una instalación bastante importante en Huelva. Nos movemos mucho en ese campo.

-Estamos en una casa, Cajamar, en la que el agua es fundamental, su fundador Juan del Águila decía que sin agua no había nada y con ella se tenía oportunidad de producir y de tener actividad. Aquí se fomenta el desarrollo de tecnología. ¿Es esa una asignatura en la que en Almería todos debemos empujar?
-Sin agua la agricultura no tendría sentido alguno. Es un bien que cada vez escasea más. Los acuíferos se están sobreexplotando, salinizando o contaminando y hay zonas en las que ni la producción de agua de desaladoras, como en Níjar, dan abasto para la demanda que hay. Hay que aprovecharla al máximo porque es el bien más importante.
Sin agua no hay nada. Sin agua no se podría cultivar
– ¿Los productores ven en esto un gasto o una inversión, algo que les va a ayudar al final a obtener mayor rentabilidad?
-Ahora la tecnología no es como hace cuarenta años cuando empezaron los primeros cabezales automáticos para el riego en los que el rendimiento era muchísimo mayor. Ahora, lo que son las productividades, los incrementos de producción, son mínimos, pero sí que es cierto que este tipo de tecnología lo que hace es que el aprovechamiento sea mucho mayor de los insumos que cada vez son mayores en una producción agrícola. Si se racionaliza el agua y no se riega de más, que es perder un bien fundamental, abono, más enfermedades, más productos fitosanitarios… y ahora como están las cosas, pandemia y guerra de Ucrania todo se está disparando. Los abonos duplican sus precios y los agricultores deberían estar más concienciados y mirar este tipo de inversiones como una carrera de fondo más a largo plazo, pero el agricultor por lo general es cortoplacista y le cuesta un poquito meterse en ciertas inversiones que a la larga les van llevar a estar mucho mejor.