Antonio Sánchez de Amo
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Antonio Sánchez de Amo
Presidente de Verdiblanca
«Generamos empleo, pagamos impuestos, hacemos compras y somos generadores de riqueza»
La Casa de las Mariposas, escenario de ‘Almería en futuro’ recibe la visita de Antonio Sánchez de Amo, presidente de Verdiblanca, quien charla con el periodista David Baños sobre el papel que desempeña su organización, de cómo se ha visto afectada por la pandemia, la serie de medidas que se han tenido que adoptar desde la administración, el peso actual de la asociación y los pasos que dan a diario de cara a alcanzar ese futuro que basan en la experiencia y en todo cuanto se ha conseguido en los más de cuarenta años de vida en la provincia. En la intimidad de la conversación celebrada en uno de los lugares más emblemáticos de Almería, propiedad de Cajamar, se desgrana la realidad de una entidad que ha alcanzado una cota de valoración importante y que sigue albergando proyectos e ilusión para mantenerse firme en cumplir sus objetivos de integración y normalización de la vida de las personas con discapacidad y que se desarrolla en todos los campos posible: educación, laboral, social, familiar, sanitario…
-Te veo bien Antonio
Para los tiempos que corren no estoy mal y la verdad es que eso es una fortuna y me gustaría que nuestro colectivo y la sociedad y el entorno que nos rodea fueran en esta sintonía que es lo que hace falta. Tenemos que trabajar para que ese futuro sea así.
-Después de un año tan intenso, tan largo…
-Para mí el 2020 es como si no hubiera ocurrido. Creo que muchos tenemos en el subconsciente que se paró allá por marzo y todo lo demás ha sido como de pesadilla. Ha habido unos tiempos de ralentización y otros de mucha prisa, como si en un tiempo todo fuera posible y, ahora, como si nos faltara tiempo. Todas esas contradicciones creo que nos hacen pensar que hemos estado pasando por una especie de túnel del pasado y del futuro, algo que no se acaba de saber qué es.
-La procesión ha ido por dentro y en Verdiblanca se trabaja a diario con unas 700 personas que son las que forman parte de vuestra familia y desde donde se atiende a colectivos muy sensibles ¿Habéis tenido que reorganizar mucho en muy poco tiempo y primar a las personas?
Hay que decir Verdiblanca con mayúscula y con la boca llena porque la organización ya no es lo que era hace 41 años cuando nació. Y la verdad es que la familia de Verdiblanca es más de 600 o 700 personas ya que esa es la plantilla que tenemos de trabajadores y trabajadoras, pero nuestra familia, además, son los voluntarios y voluntarias, los socios y socias que tenemos con discapacidad o sin discapacidad. Son miles de personas las que están en torno a Verdiblanca de una manera directa unas veces y, otras, indirecta.
-Muchos de vuestros trabajadores lo son además en labores que ahora son más esenciales que nunca.
-Así es. Es verdad que de la plantilla que tenemos más del 90% son trabajadores y trabajadoras que se dedican a la limpieza de espacios públicos, de edificios… Cuando los ciudadanos salían a los balcones a aplaudir a profesiones que verdaderamente eran esenciales como los sanitarios y fuerzas de seguridad muchas veces, en la mayoría de las ocasiones se olvidaban de otros trabajadores esenciales. No solamente de las limpiadoras y limpiadores como los de Verdiblanca, porque hay otras profesiones que también son esenciales y que ahora estamos viendo cómo se están quedando casi en la cuneta porque no tienen recursos económicos para salir adelante.
-¿Ha sido duro para Verdiblanca?
-Nosotros hemos tenido grandes dificultades para poder salir adelante porque teníamos que estar allí presentes. Limpiadores y limpiadoras que tenían que estar en centros sanitarios, en centros de personas mayores, en lugares públicos donde tenía que ir la ciudadanía cada día para ser atendidos. Y la verdad es que en todo momento he estado agradeciendo a esa plantilla el esfuerzo y sacrificio que hacía y sigue haciendo. La verdad es que hemos mantenido una serie de pautas, de medidas de precaución y prevención para evitar los contagios y, de una plantilla de más de 660 personas, no llega al 5 % quienes se han contagiado en este año de pandemia y el contagio no ha sido en centros de trabajo, ha sido más bien durante las vacaciones o los fines de semana.
Prestar servicios
-¿Y en el resto de servicios que tienen?
-Tenemos un centro ocupacional con 50 usuarias y usuarios y no ha habido ningún caso. Mantenemos una atención diaria en orientación laboral, por la sede principal de Verdiblanca pasan diariamente en torno a 70 personas y para que no ocurra ningún contagio tenemos que ser muy estrictos. Debo de agradecer el esfuerzo que hacen todos y cada uno de los que pasan por allí.
-Se sigue prestando servicio y recibiendo a mucha gente que necesita el contacto diario con la organización. ¿No se ha detenido la actividad? ¿Cómo llevan la digitalización?
-La verdad es que durante el confinamiento tuvimos que cerrar las instalaciones porque así teníamos que hacerlo, pero no dejamos en ningún momento de atender a nuestros asociados. Tanto la psicóloga como la trabajadora social, la terapeuta ocupacional, los orientadores laborales, la atención a socios, el asesoramiento jurídico, … Nos quedaba una espinita que era la fisioterapeuta, porque teníamos muchos usuarios que estaban viendo cómo se degradaban en su estado físico por no poder acudir al centro y fue lo primero que abrimos en cuanto nos dejaron las autoridades sanitarias. Esto en lo que se refiere a los servicios sociales que prestamos a nuestros asociados, pero en realidad en una organización como Verdiblanca, con el futuro que tenemos a pesar de todo el tiempo que llevamos trabajando y todo lo que llevamos hecho, hay muchas más cosas y otros valores.
Empleo
-¿A cuáles se refiere?
-Asociaciones como la nuestra son generadoras de riqueza para la sociedad. Nosotros generamos empleo, pagamos impuestos, hacemos compras a proveedores y, a partir de los salarios, los trabajadores son consumidores. Estamos siendo generadores de riqueza. En España el 75% de los empleos que se generan para personas con discapacidad los hacemos desde centros especiales de empleo como el nuestro. Más que la administración pública, más que la empresa ordinaria, aunque se da la paradoja de que tanto la administración pública como la empresa ordinaria tienen la obligación de cumplir con la normativa de hacer contrataciones para personas con discapacidad, sin embargo, somos los centros especiales de empleo y principalmente los de incitativa social como los de Verdiblanca los que lo lideramos.
-Se habla de crisis sanitaria, de crisis económica. ¿Eso va a afectar también a la actividad de Verdiblanca?
-En el caso de Verdiblanca yo no atisbo que vaya a haber ningún tipo de contratiempo en ese sentido. De hecho, ahora mismo tenemos un colchón financiero importante. No tenemos préstamos que hayamos pedido. Con Cajamar tenemos excelentísimas relaciones y la mayor parte de nuestro dinero pasa por sus manos. No tenemos ninguna preocupación en ese sentido y las previsiones que tenemos para este año 2021 es seguir creciendo y creciendo bastante, cuestión que a mí me preocupa porque el hecho de creer significa que debemos tener también cierta contención para que no se nos vaya de las manos. Pero no hemos tenido ningún retroceso. Durante 2020 hemos crecido en un centenar de trabajadores, Estamos creciendo y no sólo en Almería, también en la mitad de Andalucía, tenemos sede en Málaga, en Sevilla y en Granada. Esto significa que estamos allá donde se genera más del 60 del PIB de Andalucía, donde hay más del 60% de la población andaluza, donde más está creciendo Andalucía.
-Se habla mucho de que no se quede nadie atrás en esta crisis. ¿Las personas con discapacidad tienen más riesgo, se están quedado atrás?
-Por supuesto que tienen muchísimo riesgo. Y en eso estamos trabajando, Hemos reforzado el esfuerzo y las personas que tenemos contratadas para atender a personas con discapacidad. El hecho de estar recluidos en casa ha llevado a que haya personas que tengan especialmente problemas psicológicos y hemos contratado una psicóloga para poder atender a esas personas para que no se queden hundidos en su casa y puedan seguir adelante cuando la situación lo permita. Nuestra trabajadora social ha tenido que hacer muchos más informes de personas que de pronto han dejado de tener ingresos y hemos tenido que buscarles comida para poder que puedan alimentarse o ayuda de algún tipo de subvenciones que podían recibir de la administración pública. Hay personas que han tenido que dejar de pagar su cuota como asociados, pero le hemos seguido prestando servicios de fisioterapia. Claro que existen muchos riesgos, hay personas con discapacidad intelectual en nuestro centro ocupacional que no pueden ahora tener relación directa y tenemos que hacer aulas burbuja con un distanciamiento prudencial y, en algunas ocasiones, la propia administración, nos impedía que hubiera ese contacto, con lo cual hemos tenido que dejar por turnos a esas personas en casa y atenderlos telemáticamente.
Normas, leyes
-¿Se cumple como se debiera con la normativa materia de discapacidad e igualdad?
Sería de necios decir que no hemos avanzado, por supuesto que avanzamos, pero es verdad que el papel lo soporta todo y somos muy de hacer normativa, de regular muchas situaciones, pero después, a la hora de llevar a la práctica, cuesta. Ahora estamos peleando para que la Junta de Andalucía reconozca que tiene que cumplir con un requisito de una ley que se aprobó hace dos años, la del contrato del sector público, en la que se dice que hay que hacer una reserva de licitaciones públicas para centros especiales de empleo de iniciativa social. Sin embargo, en Andalucía todavía no se ha desarrollado ese aspecto y levamos más de dos años y estamos en ese trabajo empeñados en que lo reconozca. El Ayuntamiento de Almería, por ejemplo, ya se ha sentado con nosotros para poder avanzar en ese sentido.
-¿Y en materia de accesibilidad?
-En accesibilidad estamos viendo como poco a poco vamos avanzando, cada vez la ciudad es más accesible, cada vez hay menos islas, cada vez tenemos más posibilidad de hacer itinerarios practicables para sillas de ruedas, cada vez hay más señalización para personas con dificultades de comunicación cognitiva. Y hay otras cuestiones que están en marcha como el Plan museístico inclusivo, con el Ayuntamiento y no solo para los almerienses, sino para quienes vengan de visita. Si recibimos a personas con discapacidades de fuera que también consumen, si tenemos preparada la ciudad, cada vez vamos a tener más visitas.